LA MUJER DE DIOS, UNA MUJER TRABAJADORA

Rut 1:8 al 22
Rut. Su nombre significa «amiga» o «compañera», y es el ejemplo perfecto de una mujer que, a pesar de haber quedado viuda, decidió quedarse con su suegra Noemí y comenzar una nueva vida. La historia nos narra cómo, después de que Noemí perdió a su esposo y a sus dos hijos, decidió retomar a su pueblo. Fue en ese momento cuando Rut tomó la decisión de acompañarla.
Al llegar a Belén, ambas venían con las manos vacías, tal como lo expresó Noemí: «No me llaméis Noemí, sino llamadme, Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso» (Rut 1:20). Pero fue allí cuando Rut, para ayudar a su suegra, decidió trabajar. Coincidentemente, llegaron al comienzo de la siega de la cebada, y Rut no se quedó durmiendo ni siendo inactiva en casa. Ella salió a trabajar.

El capítulo 2 de Rut nos muestra a esta mujer en acción, trabajando. El título de este capítulo es: «Rut recoge espigas en el campo de Booz». Parafraseándolo, podríamos decir: «Rut trabaja con sus manos en el campo de Booz». Es interesante notar que fue la misma Rut quien propuso a Noemí su deseo de trabajar. «Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallaré gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía» (Rut 2:2).
Rut no era una mujer perezosa ni inactiva; era proactiva. Esto lo confirma el versículo que describe cómo trabajaba: «Y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento» (Rut 2:7). Los mismos segadores reconocieron su dedicación, al igual que Booz, quien destacó que Rut era una mujer virtuosa. «Ahora, pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa» (Rut 3:11).

La Mujer Virtuosa
El capítulo 31 de Proverbios describe ampliamente a la mujer virtuosa. Este texto nos enseña que su trabajo se centra en el hogar y que es una mujer hacendosa. Ser hacendosa implica realizar las tareas con esmero, especialmente aquellas relacionadas con el hogar.
Es importante destacar que el trabajo doméstico no debe ser menospreciado, ya que tiene un impacto significativo en la vida espiritual y emocional del hogar. Tareas como limpiar, cocinar, ordenar, atender al esposo y a los hijos son esenciales para mantener el ambiente del hogar en perfecto estado.

Principios Bíblicos para la Mujer Trabajadora

La limpieza y el orden:
Es fundamental que la mujer de Dios mantenga su hogar limpio y organizado, ya que Dios habita en lugares de orden. «Pero hágase todo decentemente y con orden» (1 Corintios 14:40). Un hogar limpio y perfumado es un reflejo del cuidado y amor hacia la familia.

El bien al esposo:
Todo el bien que hagas a tu esposo, lo haces también para Dios. «El que a vosotros recibe, a mí me recibe» (Mateo 10:40). Esto incluye actos simples como servirle con amor, siendo una ayuda idónea.

Trabajo en diferentes áreas:
El capítulo 31 de Proverbios destaca cómo la mujer virtuosa trabaja en varias áreas: Fortalece la relación con su esposo: «El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias» (Proverbios 31:11).

  • Da bien y no mal: «Le da ella bien y no mal todos los días de su vida» (Proverbios 31:12).
  • Realiza inversiones sabias: «Considera la heredad, y la compra; y planta viña del fruto de sus manos» (Proverbios 31:16).
  • Busca el bienestar espiritual de su familia: «Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas» (Proverbios 31:15).
  • Es generosa: «Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso» (Proverbios 31:20).
  • Cuida su apariencia física: «Se viste de lino fino y púrpura» (Proverbios 31:22).

La vida espiritual:

La mujer virtuosa no solo trabaja en lo material, sino también en lo espiritual. Su lámpara no se apaga porque está conectada con Dios. «Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche» (Proverbios 31:18).
Sabiduría en sus palabras:
Cuando habla, lo hace con sabiduría y amor. «Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua» (Proverbios 31:26).
Reflexiona sobre su hogar:
No ignora los problemas, sino que los enfrenta con oración y acción. «Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde» (Proverbios 31:27).
Conclusión
La mujer de Dios trabaja incansablemente en múltiples áreas, reflejando amor, dedicación y fe en todo lo que hace. Al igual que Rut, quien trabajó diligentemente para proveer para su suegra, cada mujer debe ser consciente de que su labor tiene un propósito eterno.
Querida mujer de Dios, esposa de pastor, hermana, recibirás recompensa no te canses de hacer el bien. Recuerda que el trabajo en el Señor no es en vano. «Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano» (1 Corintios 15:58).
¡Trabaja, trabaja, trabaja! por eso sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba.

¡ La recompensa viene del Señor!

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