LA OBEDIENCIA EN EL HOGAR

1 Pedro 3:5-6 5Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
La obediencia en el hogar es uno de los temas más desafiantes en el contexto actual, especialmente en un mundo que valora la independencia personal por encima de las relaciones interdependientes. Sin embargo, la Biblia establece principios claros acerca del papel de la mujer en el hogar, no como un símbolo de inferioridad, sino como un modelo de amor, respeto y sujeción mutua dentro del diseño divino.
La obediencia en el hogar, lejos de ser una carga, es un camino hacia la bendición, siguiendo el ejemplo de Sara, quien se destacada en las Escrituras como una mujer que respetó y honró a su esposo Abraham.

¿Qué es la obediencia?

Es la disposición de ejecutar las instrucciones que se reciben, especialmente cuando provienen de una figura de autoridad. En el contexto del hogar, esta obediencia no debe ser vista como una imposición, sino como una respuesta voluntaria y amorosa al modelo de liderazgo establecido por Dios.

UNA MUJER BAJO AUTORIDAD

El versículo muestra que aquellas mujeres esperaban en Dios estando sujetas a sus maridos dando a entender que la sujeción es también obediencia. Si esperamos en Dios (Obedecemos) también lo estaremos a nuestro marido.
Esta palabra sujeción no significa sometimiento en el sentido de una posición de inferioridad o sumisión absoluta. Más bien, se traduce cómo estar bajo la autoridad de, o estar en una posición de respeto u obediencia.
Sara, mencionada en 1 Pedro 3:6, nos da un ejemplo de obediencia y sujeción en el hogar. Ella entendía que su relación con Abraham era parte del orden divino. Al llamarlo «señor», no lo hacía desde un lugar de debilidad o temor, sino como un acto de respeto y reconocimiento de la autoridad que Dios había delegado en él.
«Como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.» (1 Pedro 3:6)
Este acto no era una simple formalidad, sino una actitud que reflejaba su confianza en Dios. Sara sabía que, al obedecer a Abraham, estaba obedeciendo a Dios, pues entendía el diseño divino para el matrimonio.
«Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.» (Efesios 5:22)
En estos tiempos pareciera difícil, o alguna pudiera decir: ¿Yo decirle a mi esposo señor? ¿O hacer caso todo lo que él me dice?
Palabras como: -,yo soy independiente, yo no me dejo mandar, o se tiene que hacer lo que yo diga; nos está alejando del orden de Dios y del modelo bíblico. Así que, si usted dice que obedece a Dios, obedecerá entonces al marido.

SUJECIÓN: ¿QUÉ SIGNIFICA REALMENTE?

Es importante aclarar que la palabra «sujeción» en el contexto bíblico no significa inferioridad ni sumisión ciega. La palabra griega hupotasso, traducida como «sujetar», es una actitud continua que se convierte en un patrón de comportamiento «Si somos y consideramos hijas de Sara, debemos obedecer» el obedecer nos traerá bendición. Esto implica estar bajo la autoridad de alguien, pero en un sentido voluntario y con un espíritu de respeto.
«Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.» (Efesios 5:23-24)
Esto significa que la sujeción de la mujer hacia su esposo es un acto continuo y deliberado, que refleja el respeto por el liderazgo que Dios ha establecido en el hogar.

LA BENDICIÓN DE LA OBEDIENCIA

Obedecer no solo es un acto de respeto hacia el esposo, sino también una vía para recibir bendiciones. Sara y Abraham enfrentaron muchos desafíos, pero su obediencia al plan divino los llevó a convertirse en los padres de una nación.
«Ella le da bien y no mal todos los días de su vida».(Proverbios 31:12)
Cuando una mujer actúa como ayuda idónea, respeta a su esposo y se sujeta a su liderazgo, está cimentando su hogar sobre principios sólidos que traen paz, unidad y prosperidad.
«Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.» Geremías 33:3)

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA OBEDECER EN EL HOGAR

  1. Aprende a escuchar: La comunicación efectiva es esencial en el matrimonio. Escuchar con atención a tu esposo demuestra respeto y disposición.
  2. No grites ni manipules: Las palabras suaves y amables tienen más poder que el enojo o la manipulación. «La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor.» (Proverbios 15:1)
  3. Acepta los acuerdos matrimoniales: Trabajar en equipo fortalece la relación y permite construir un hogar basado en la unidad.
  4. Puedes dar tu opinión, pero esto no significa que se hará la tuya.
  5. Reconoce tu llamado como ayuda idónea: «Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.» (Génesis 2:18)
  6. Recuerda siempre él es la cabeza (Autoridad)
  7. Recuerda versículos que hablen de la obediencia y sujeción, y colócalos en practica
  8. Ora por tu esposo: Cuando creas que su liderazgo es deficiente, ora al Señor para que lo guíe y le dé sabiduría. «La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.» (Proverbios 14:1)
  9. Obedece en todo
  10. Sé una ama de casa diligente: Cumple con tus responsabilidades en el hogar, pues este es un área donde se manifiesta tu amor y respeto por tu familia.

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