Efesios 1:3-5

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales  en Cristo, Según  nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él. En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.

Tú eres bendita aquí en la tierra, no eres cualquier cosa, fuiste bendecida antes de llegar aquí. La palabra predestinada quiere decir que fuiste pensado, que fuiste una idea antes de ser hecho en Dios. Todo lo que nos pasa en esta vida va encaminado al cumplimiento de los propósitos eternos de Dios, aunque ahora no comprendamos nada de lo que sucede ¡Todo es para nuestro bien!

Romanos 8:28-30

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó, para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó, y a los que llamó, a estos también justificó, y a los que justificó, a estos también glorificó.

Predestinación

El término predestinación,  fue mal interpretado y mal aplicado desde los tiempos de  Agustín y Juan Calvino, ambos filósofos y escritores. Según ellos “solo se salvarán aquellos individuos establecidos según un supuesto decreto de Dios, es decir, que Dios de manera egoísta y caprichosa ya eligió quienes serían salvos, sin tomar en cuenta el amor y la justicia.

Incluso, actualmente existe un grupo de personas, conocidos como los fatalistas, que guiados por la mala interpretación, se basan en la creencia de que el destino de cada uno, ya está establecido por Dios, ignorando el libre albedrío, cualidad depositada en la naturaleza humana. (Leer: Colosenses 2:11)

Pero a través de su palabra, Dios ha revelado un plan definido y claro “salvar a todos los seres humanos nacidos en este mundo, ofreciéndoles ricas bendiciones en Cristo. El plan de Salvación nos revela que el interés de Dios no es ver cuántas personas puede mantener fuera del cielo. En lugar de eso, debido a su gran amor, está haciendo todo lo que un Dios amoroso puede hacer para que cada uno de nosotras estemos allí.

Ahora bien, meditemos en lo que dice el libro de Romanos 8:29-30 … “porque a los que antes CONOCIÓ, También los PREDESTINÓ, y a los que PREDESTINÓ, a estos también LLAMÓ y a los que llamó, a estos también JUSTIFICÓ, y a los que justificó, a estos también GLORIFICÓ.

Quedando el orden de la siguiente manera:

  1. NOS CONOCIÓ: Nos examinó, nos evaluó, averiguó
  2. NOS PREDESTINÓ: Nos pensó, nos escogió, eligió
  3. NOS LLAMÓ: llamó nuestra atención a través del Evangelio
  4. NOS JUSTIFICÓ: somos justificados mediante el bautismo en El Nombre de Jesús.
  5. NOS GLORIFICÓ: Cuerpos glorificados cuando la iglesia sea levantada.

Podemos ver que, de ninguna manera Dios hace acepción de personas, sino que sencillamente en su anticipado conocimiento, ya Dios nos veía, aun no habíamos nacido y ya Dios sabía cómo nos llamaríamos, quienes serían nuestros padres,  y cuál iba a ser nuestro caminar o que decisiones tomaríamos. Es decir, que primero nos evaluó, luego nos pensó, nos escogió, luego nos hizo un llamado especial, para ser justificados mediante el bautismo y esperamos ese glorioso día donde seremos glorificados.

Salmos 139: 16

Mi embrión vieron tus ojos y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas.

Fuimos creadas con un propósito, no eres una casualidad, Dios te ha creado con sentido, con valor, brilla en el lugar que Dios te ha puesto y no permita que los afanes del día a día te aparte del propósito de Dios.

Una mujer llamada Rut (la moabita), fue predestinada para un propósito muy especial, que jamás imaginaría. Mucho menos cuando pertenecía al pueblo de Moab, un pueblo muy pagano, lejos y apartado del Dios de Israel, y en su ignorancia practicaba las enseñanzas y principios aprendidos a través de sus padres. Pero Dios en su anticipado conocimiento, vió algo especial en Rut, examinó su corazón y conoció que Rut, sería capaz de abandonar su pueblo, su creencia, su dios, su familia y seguir al Dios de Israel.

La historia de Rut comienza, por medio de una mujer llamada Noemí, en la que en medio de una hambruna desastrosa, Noemí y su marido y sus dos hijos se ven obligados a huir de Belén y establecerse en la vecina tierra de Moab. Donde Rut se convierte en una de sus nueras. ¿Qué iba a imaginar Rut, que luego a través de ella y Booz vendría el linaje del Mesías? Esta historia nos enseña cómo los planes de Dios van más allá de nosotras mismas, y cómo a pesar de las circunstancias difíciles a nuestro alrededor, todavía podemos seguir viendo la fidelidad y cuidado de Dios en medio nuestro.

Conclusión:

Tu vida tiene un propósito, cuanto más amamos a Dios, cuanto más conocemos a nuestro creador, cuanto más le servimos con integridad, vamos a entender cuál es el propósito por el que fuimos creadas, Dios tiene planes y propósitos exclusivos para cada una de nosotras, pero podemos saber que, independientemente de esos planes, al fin y al cabo, ellos resultarán para su gloria.

Salmos 138:8

Jehová cumplirá su propósito en mí, Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.

Recuerda, que a los que aman a Dios, todas las cosas es ayudan a bien. ¡Confía! y no tema a los procesos, Dios tiene un propósito por cumplir, aférrate a los promesas de Dios sin dudar.

DIOS TE BENDIGA HERMOSA MUJER DE DIOS

Hna. Laura Báez de Fuentes Coordinadora Regional Gran Caracas

Deja un comentario

Reciba las últimas noticias en su correo electrónico
Tabla de contenidos
Artículos relacionados